jueves, 3 de diciembre de 2009

Los problemas del Real Madrid

Horizontales y verticales
m
m
Para un mejor entendimiento simplificaremos el problema. Sólo existen dos tipos de jugadores: los horizontales y los verticales. Los futbolistas verticales tienen la portería rival como obsesión. Son rápidos, eléctricos pero su entendimiento del juego a nivel general brilla por su ausencia. El jugador vertical cree que el camino más corto entre el punto “A” y el “B” es la línea recta. El brasileño Ronaldo era el prototipo de esta especie. Podía pasarse 89 minutos sin tocar la bola, pero cuando se le metía entre ceja y ceja el arco rival más de uno se ponía temblar.
m
El jugador horizontal es más cerebral. Entiende el juego como un todo e intenta que sus acciones se adecúen al bien del equipo. Para llegar a un punto “B” desde otro “A”, muchas veces hay que dar algún rodeo. Zinedine Zidane es un buen ejemplo. En la primera era galáctica, con una plantilla llena de jugadores verticales (el propio Ronaldo, Figo o Roberto Carlos), el francés marcaba el ritmo del partido. La forma de jugar del Real Madrid se basaba en gran parte en lo que Zidane enseñaba en el campo, otros se encargarían luego de definir.
m
Para la presente temporada, Florentino Pérez se propuso devolver al Real Madrid a lo más alto. Prometió no repetir los errores del pasado, pero nadie puede evitar hacer referencia a las analogías entre las dos épocas. Volvió a llenar el campo de jugadores verticales: al tan efectivo como poco participativo Higuaín, se le unieron el definidor Benzema y el jugador con la verticalidad más acentuada del mundo, Cristiano Ronaldo. El explosivo estaba comprado, sólo faltaba quien encendiera la mecha. Xabi Alonso fue nombrado capataz de las labores de construcción desde el medio del campo, como ocurre en la mayoría de equipos. Al pensar en el otro encargado de darle empaque al juego madridista se pensó en Kakà y ahí empiezan los problemas.
m
Media punta de las últimas temporadas en el Milan, el brasileño fue fichado como el Zidane de la segunda era galáctica, el encargado de participar activamente en todas las jugadas ofensivas de los blancos. Tres meses después de su llegada, Kakà ha demostrado que se trata de un jugador totalmente vertical, alejado de la horizontalidad de Zizou. Sus armas no son la pausa, el cambio de juego o la protección del balón, características excelsas en el francés, sino que destaca por su conducción de balón y pase en los metros finales.
m
Contra el Barça se vio la mejor versión de Kakà y del Madrid. Ante un equipo con predominio de jugadores horizontales (Busquets, Xavi, Iniesta e incluso Henry o Ibrahimovic), los verticales del Madrid lo tuvieron fácil: presionar arriba, forzar errores del rival y aprovechar los espacios dejados con velocidad. Los Cristiano, Higuaín o Kakà se sintieron muy a gusto y el Madrid demostró que es un rival a tener en cuenta en los grandes partidos.
m
El problema está en la regularidad. En un partido de poder a poder, la velocidad en las acciones puede causar estragos, pero ¿qué ocurre cuando el rival es claramente inferior? En estos casos, el contrario tiende a encerrase. A levantar un muro delante de su portería de manera que para los jugadores verticales es más difícil el acceso. Entre un punto “A” y uno “B” con un muro de hierro en medio del camino, los jugadores verticales tienen a chocarse una y otra vez contra el obstáculo. Ahí es donde se hace necesaria la función del jugador horizontal que les explique que para sortear el muro lo mejor será rodear el mismo.
m
Al Madrid le sobra calidad para asustar a cualquiera pero le falta elaboración para superar todos los obstáculos. De momento ha demostrado que sabe jugar con inteligencia un partido de poder a poder, que no es poco. Le falta aplicar la fórmula a partidos con exigencias distintas. Y esta vez, lamentablemente, no está Zidane.

2 comentarios:

Arista dijo...

Amo a Zidane. Kaka no le llega ni a suela de los zapatos

Anónimo dijo...

Hay que dejarle tiempo a Kaka como le pasara a Zidane, necesita adaptarse-
Toño