domingo, 31 de enero de 2010

El sublime taconazo de Guti

Cuando habla el talento

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Todo en la jugada roza la perfección. El saque inteligente de Casillas (¿cuántos puntos le han dado al Madrid las rápidas contras armadas desde las manos de Iker?) y la transición entre Benzema y Kaka (el más elegante conductor de balón en la actualidad, lo que le hace un arma letal para las contras) rayan la excelencia. Pero con el balón en posesión de Guti la jugada pasa a ser una obra maestra. Tener la cabeza fría para pensar un taconazo cuando a la mayoría se le cierran las persianas es de genio. Llevarla a cabo en un partido en el que una derrota blanca le alejaría de una forma casi definitiva del título de Liga es una temeridad. ¿Qué pensaría Benzema cuando vio el balón franco en el punto de penalti y ningún defensa para impedir el gol?

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A los genios se les recuerdan por sus genialidades. Pensemos en Redondo. Todo el mundo guarda en su memoria el exquisito regate de tacón en Old Trafford y se olvida los muchos encuentros anodinos del argentino en los que fue criticado en su propio campo mientras se pedía la inclusión de Milla en el equipo. También sirve como ejemplo Ronaldo. La primera imagen que viene a la cabeza es tu triplete en el campo del Manchester pero pocos se acuerdan de la pitada que se llevó el brasileño en el partido de ida en el Bernabeu cuando fue sustituido. Somos selectivos en cuanto a nuestros recuerdos. Seedorf fue un fantástico centrocampista con visión de juego y sensacional disparo y no un disperso organizador que creó problemas disciplinarios al negarse a jugar como interior derecho. Karembeu anotó dos goles decisivos para lograr la séptima por encima de ser un correcaminos sin un mínimo sentido del juego.

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Al regate de Redondo, el triplete de Ronaldo, los chutazos de Seedorf o los punterazos de Karembeu ahora se le une el increíble taconazo de Guti. Con el 14 siempre se ha sido tremendamente subjetivo. Sus críticos le han hecho daño pero, sus defensores a ultranza le han hecho tanto o más. Esta semana se ha hablado mucho de Guti. O más bien ha sido el madridista el que ha hablado demasiado. Su aparición en Informe Robinson cumplió las expectativas. En la entrevista fue capaz de decir que adoraba vivir en Madrid para a la siguiente intervención comentar que la capital era “un pueblo” y necesitaba salir de allí como fuera. Terminó diciendo que su sueño era vivir en Bangkok. Con una moto.

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Pero cuando Guti habla en el campo, pocos matices se le pueden poner. Pasarán los años y se seguirá debatiendo sobre él. ¿Calidad en estado puro o talento desaprovechado? ¿Capaz de mantenerse más de una década en el Madrid o incapaz de ser titular indiscutible en 14 años? ¿Genio o farsante? Pero de Guti nos quedarán sus imágenes. Y el taconazo en Riazor es lo más grande que se ha visto en años en un campo de fútbol.