La matrícula de los deportistas
“There’s only one Ronaldo”. Este era el lema que portaba una camiseta especial diseñada por el Manchester United el año pasado. El objetivo comercial era claro: se producía con la explosión mundial de Cristiano Ronaldo y la enésima caída al infierno de Ronaldo. Y digo Ronaldo, sin necesidad de especificar apellidos ni sobrenombres, porque como dice la camiseta comercializada por el Manchester sólo existe un Ronaldo, juega actualmente en el Corinthians. Equipo que aprovechó la polémica creada y el tirón comercial de su estrella para sacar una camiseta con la siguiente leyenda: “Sólo hay un Ronaldo que marcó 3 goles contra el Manchester en Old Trafford. Ganó 3 veces el FIFA World Player. Ganó 2 mundiales. Es el máximo goleador de la historia de los mundiales. Ha vuelto tres veces a la cima”. Sobran más explicaciones.
m
Cuando Cristiano Ronaldo saltó al césped del Bernabeu se resolvió una de las dudas, qué número llevaría. El elegido fue el 9 y sobre el mismo, solamente “Ronaldo”, sin la C previa. La matrícula de los deportistas es en algunos casos asunto de importancia nacional. De simple superstición del protagonista a elemento de incalculable valor de mercado, el número en la camiseta siempre ha sido fuente de inagotables polémicas. Quizás fue Cruyff el primero. Después de despuntar en el Ajax con el 14 a la espalda, a su llegada al Barcelona, las estrictas reglas de la liga (que exigían que los titulares en el partido portaran una numeración entre el 1 y el 11) obligaron a Johan a cambiar su dorsal favorito. En su época de entrenador se decía que el futbolista sentado a su lado en el banquillo con el número 14 siempre era el primero en ingresar en el campo. Quizás casualidad, quizás superstición. Quizás un guiño a su época como jugador.
m
Si ha habido un negocio que ha sabido desde siempre cuidar los detalles esta ha sido la NBA. En las franquicias americanas, cuando un ídolo se retira, se le homenajea retirando su camiseta y colgándola de lo alto del pabellón de manera que ningún jugador posterior pueda portar el mismo número. Cuando en marzo del 95 Michael Jordan anunciaba su primer retorno a las canchas con sus Bulls, se vio imposibilitado de vestir el número 23. El número había sido retirado en honor de un tal Michael Jordan y cualquier jugador que lo llevara de nuevo sería considerado como una falta de respeto. Aunque fuera la misma persona. Cuando David Stern dice algo, va a misa. Jordan se tuvo que conformar con el 45 esa temporada.
m
A veces el número corresponde a cuestiones de superación personal. El deportista más extravagante del mundo, Gilbert Arenas, capaz de jugar al poker online en los descansos de los partidos o de construirse un gimnasio en su casa para muscularse las largas noches de insomnio, lleva desde que debutara en la NBA el número 0. La razón es sencilla, cuando jugaba en el colegio, un entrenador le dijo que iba a jugar 0 minutos. Noche tras noche, Arenas homenajea a este iluminado en su camiseta de los Wizards.
m
Pero las matrículas se componen de números y letras. El nombre también es importante para el deportista. ¿Quién no recuerda al famoso Carlitos, delantero revulsivo salido de la cantera del Sevilla? Aconsejado por los altos mandos del club hispalense, Carlitos decidió cambiar su nombre al de Carlos, en un signo de madurez. Desde entonces, Carlos desapareció de los mapas del fútbol. Otras veces el nombre es parte de la identidad. El mejor deportista de todos los tiempos según la revista Time, el boxeador Muhammad Ali, sufrió una transformación. Ali nació y creció como Classius Clay, pero su conversión a la Nación del Islam propició el cambio de nombre. Esta transformación conllevó también un cambio de mentalidad. Comenzó a luchar contra el poder establecido, alzándose contra el hombre blanco y defendiendo los derechos de los afroamericanos. En el mejor combate de la historia, el disputado en Kinshasa frente a George Foreman, Ali se ganó el favor de los Zaireños con sus proclamas sobre el hombre de color. Cuando los dos boxeadores salieron al ring en “el combate del siglo”, la mayoría del público se mostró sorprendida: sólo entonces descubrieron que Foreman también era negro.
m
En fin, estos son sólo unos pequeños ejemplos o excepciones a la regla común: la matrícula de los deportistas, su dni en el deporte, es secundaria respecto a sus logros. Sin embargo nunca está de más tener en cuenta a los mitos y mostrar especial sensibilidad con los que han hecho historia, sobre todo si siguen bien vivos. No sea que, dentro de un año, llegue el mundial de Sudáfrica y constatemos que sólo existe un Ronaldo. Y el Corinthians tenga que cambiar su camiseta conmemorativa para añadir algún logro más…
4 comentarios:
no puedo estar mas de acuerdo contigo en este articulo, azparren. me gustas mucho escribiendo, pero es que aqui escribiendo y opinando!
rumen
Para hablar del gordito, preimero q cristiano gane la mitad de lo suyo...
aupa gordito
alex
vaya problemas q os va a dar el portugués. ya os lo anuncio...
el riki
Ronaldo sólo hay uno y lo certificó con su último hattrick en Brasil.
Publicar un comentario